¡Buenas noches!
Hoy, es mi segundo día como vegetariana oficial. Cada vez estoy más contenta por la decisión que he tomado.
Eso sí, ya he oído todo tipo de frases como: "¿Qué pasa, que las lechugas no tienen vida entonces?", "Bueno un poquito de jamón dulce si que podrás comer", "Haciendo esto demuestras que tienes una mentalidad de una niña" o "Ya se te pasará la tontería"...y un largo etcétera.
Supongo que de éstas me queda un rato largo, pero he decidido hacer caso omiso a cualquier tipo de comentario despectivo.
Considero que a mis 21 años soy totalmente capaz de tomar mis propias decisiones y saber que conlleva el tomarlas.
Cambiando de tema, ayer compré un libro de Vittorio Menassé, Laura y Margherita Landra llamado La mejor cocina vegetariana, donde explica cosas realmente interesantes sobre los fundamentos científicos del vegetarianismo, os citaré textualmente parte de algunos párrafos:
-"En verdad, nuestras manos parecen hechas para coger, desmochar, partir, trepar y, por sí mismas, no tienen nada de arma asesina, tal y como ocurre con las patas de los animales carnívoros, provistas de poderosas garras."
-"La carne tiene propiedades estimulantes, de modo que, contrariamente a lo que se piensa, es necesario tener presente que en los niños puede provocar excitación, insomnio y alteraciones del comportamiento".
-"La carne es rica en ácidos grasos saturados que favorecen la dispepsia, la arteriosclerosis y el aumento del colesterol en la sangre".
-"La carne es fuente de intoxicación que adelanta la vejez y la muerte. En particular, la carne produce una intoxicación lenta.[...]".
-"Hace más de sesenta años, investigadores serios demostraron, mediante comunicaciones a la Sociedad de Biología, que con un régimen fuertemente cárnico, el número de gérmenes presentes en un milímetro cúbico de contenido intestinal aumenta de dos mil a sesenta mil".
Con todo esto quiero decir que hay miles de evidencias científicas que demuestran que no estamos hechos para comer animales, sino para amarlos.
¡Feliz día a todos!